Alteraciones del gradiente de presión pleural

sábado, 15 de septiembre de 2007

Si abriéramos el tórax a presión atmosférica, los pulmones disminuirían su volumen, perdiendo su elongación habitual. Con el tórax abierto el volumen de la cavidad torácica es alrededor del 55% de la capacidad vital. Existe, pues, una fuerza elástica que se opone a esta situación de reposo y que lleva el pulmón a la pared torácica. Esta fuerza negativa se aloja entre la pared visceral y la pleura parietal y se denomina presión negativa intrapleural. Dicha presión rodea todo el pulmón, siendo la principal causante de que el pulmón permanezca expandido sin necesidad de estar fijado a la pared torácica. La medida de esta presión puede hacerse directamente insertando en la cavidad pleural una aguja o catéter, o de forma indirecta, a través de un balón esofágico, puesto que el esófago está situado entre los dos espacios pleurales. Existen pequeñas variaciones dentro de la presión intrapleural, dependiendo de la zona estudiada, en parte debido al peso del propio pulmón. El gradiente de presión es de 0.20 cm de H2O por cada cm de altura en el hombre. Por tanto, puede haber diferencias en posición vertical entre al ápex y la base del pulmón de aproximadamente 6 ó más cm de H2O, siendo más negativa en el ápex. Esto ocasiona que los alveolos de las zonas superiores sean mayores que los de las bajas y también contribuye a que en las zonas apicales existan blebs y bullas con mayor frecuencia

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